Mieke Bax

A Mieke Bax le apasiona ensuciarse las manos—en el mejor sentido de la palabra.
Formada en un programa profesional de cerámica de cinco años en Gouda, encontró su lugar feliz en el momento en que sintió la arcilla entre sus dedos.
Para Mieke, la cerámica es más que arte: es un momento de paz, una oportunidad para perderse en el ritmo de moldear, dar forma e imaginar.
Hoy en día, Mieke se sumerge en su segundo gran amor: la pintura. Es más rápida, más atrevida, más inmediata—ver cómo los colores chocan sobre el lienzo es una magia completamente diferente.
Ella es lo que llamarías una colorista: una artista profundamente curiosa por cómo interactúan los colores y cómo despiertan emociones.
La inspiración de Mieke suele surgir de algo que lee—una historia impactante en un libro o un titular conmovedor en el periódico. A partir de ahí, teje su propia narrativa visual, transformando lo que la conmovió en algo que te conmueve a ti.